jueves, 22 de marzo de 2012

EL DISCURSO DEL MIEDO... A PERDER LOS PRIVILEGIOS.

Es la primera vez en treinta años que las encuestas dan el triunfo electoral al Partido Popular en nuestra tierra y esto está provocando el pánico en el PSOE. Por otro lado, la campaña está transcurriendo salpicada un día sí y otro también por noticias sobre los escándalos de corrupción del gobierno andaluz.
El pánico lo provoca el vértigo que produce la pérdida del estatus que han alcanzado muchos socialistas a la sombra del poder y que han disfrutado durante demasiado tiempo con total impunidad. El PSOE andaluz no ha tenido reparos en utilizar fondos públicos para hacer favores, tejer una tela de araña, una red clientelar que le perpetúe en el poder.
La mayoría de los elegidos que componen esa tela de araña pertenecen a familias afines al régimen, cuyo único mérito es la proximidad ideológica. Si estas elecciones provocan un cambio en Andalucía, el cortijo se derrumba y ante esta certidumbre son capaces de hacer cualquier cosa. Por eso vuelven con el discurso del miedo contra el partido popular cuando lo que en realidad les asusta es perder los privilegios de los que vienen disfrutando asquerosamente durante tantos años. Para esta estrategia no han contado con que el pueblo andaluz cada día está mejor informado por lo que la burda mentira ya no cuela y están dando un espectáculo patético.
Los andaluces sabemos que el partido popular es la única opción real de salir de la situación de emergencia social y económica que padecemos. Y la reactivación de la economía es la única garantía que tenemos para mantener las políticas sociales: la sanidad, la educación, las becas, la cultura, las prestaciones de desempleo, la dependencia y los servicios sociales. Después cada uno votará lo que crea conveniente pero en el fondo los andaluces sabemos que es así.
El régimen socialista andaluz parece que toca a su fin y con él la corrupción de más de una década que ya no pueden ocultar y que ha lastrado el desarrollo de más de ocho millones de andaluces.
La “organización”, cómo llaman algunos al régimen socialista, es incompatible con la ética. El próximo domingo podemos bendecir actuaciones vergonzosas o censurarlas con claridad. Si elegimos lo primero estaremos dando un cheque en blanco a un gobierno que ya ha cometido demasiados abusos.
En Democracia siempre escogemos nuestro destino y sería vergonzoso permanecer indiferente a la corrupción no exigiendo honradez a nuestros gobernantes. Si Andalucía opta por el cambio el próximo domingo se habrá librado de un régimen que nos lleva por el camino seguro al fracaso. No podemos ser cómplices del robo del dinero público para beneficiar a los amigos, mejor ser cómplices del progreso, de la confianza en nuestras posibilidades en un futuro lleno de oportunidades y de ilusión.
El domingo 25 de marzo es el día del comienzo de una nueva etapa, el día que vamos a dejar atrás la resignación y el conformismo para aspirar a nuestras más dignas reivindicaciones. Es el día en que vamos a dejar atrás las conductas vergonzantes de los que piden el voto pero no piden perdón.
El 25 de marzo es el día del Cambio Andaluz. De nosotros depende.

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