martes, 13 de marzo de 2012

AHORA TOCA EL INSULTO Y LA PANCARTA

Durante décadas el PSOE en nuestra tierra se ha creído en posesión de la legitimidad moral para gobernar con el argumento falso de que eran los únicos representantes de la clase trabajadora. Han usado al resto de partidos incluido, claro está, al partido popular como coartada para obtener la legitimidad democrática que mantuviera la estética de un gobierno que en realidad ha sido más dictatorial que otra cosa.

Ahora, cuando ven la posibilidad más que real de que el partido popular pueda gobernar en Andalucía, están desmadrados, están que no se lo creen y entran en lo de siempre: el insulto y la pancarta. Yo no vi el debate de ayer en canalsur pero pude comprobar en twitter la cantidad de insultos a un candidato que no entró en el juego. Insultaban porque, igual que los romanos en el circo saciaban el morbo de ver cómo los leones destrozaban a los cristianos, les privaron de ver cómo acorralaban a un candidato entre los otros dos que son lo mismo en un campo que no es neutral. Un candidato, Javier Arenas, que no entró en el juego porque en política no se puede ser jilipollas  exponiendose, en un medio de comunicación condenado por falta de neutralidad, a ver mezclada su imagen con pederastas, terroristas u otros especímenes de la misma calaña.

Mientras tanto, el partido popular anda en esa rara tarea para algunos que supone GOBERNAR, aprobando el "Plan de pago a Proveedores", ¿Que qué es eso? pues ni más ni menos que pagar a las empresas lo que se les debe desde la Administración: 35.000 millones de €. Y eso que parece una tontería va a evitar la quiebra de muchas de esas empresas y va a evitar, y esto si que es importante, que los trabajadores se vean en la calle. Esa calle que tanto le gusta a algunos cuando se ven expulsados de las instituciones vía elecciones democráticas.

El PP andaluz es un proyecto de gobierno ilusionante de reformas para salir de la crisis y crear empleo, y para regenerar la vida política de Andalucía con otra manera de hacer las cosas. Y esas formas enterrarán, de una vez por todas, el rodillo, la prepotencia y la arrogancia de la que han hecho gala los socialistas en treinta años de abusos. Nadie tiene el patrimonio de la verdad absoluta y, desde el PP andaluz, contaremos con las verdades de los demás para encontrar entre todos la salida de la crisis. No se puede salir sólo, sino con la implicación de toda la sociedad andaluza. El PP no es un proyecto de mando, sino un proyecto de gobierno, que intenta repartir los sacrificios pero también los recursos en función de las necesidades de los ciudadanos.

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