jueves, 3 de noviembre de 2011

ESCAPADA VIRTUAL
(Cualquier detalle de este cuento que coincida con la realidad es pura coincidencia)

Había una vez en un pueblecito de la provincia de Cádiz un alcalde que se llamaba Patricio Mevoy Andayá (1). En una ocasión, su partido le dio un tirón de orejas porque  se estaba pasando un pelín. Este alcalde se estaba desmadrando y para que esto no ocurriera se inventaron una nueva normativa interna: Los alcaldes no pueden ser candidatos a diputados y senadores.
         Pero de nada sirvió. Patricio, que era muy listo y que de malicia estaba sobrado, primero luchó contra el aparato del partido: “eso vale para los demás pero no va conmigo”  pero viendo que no podía, aguzando el ingenio, hizo que creyeran que iba  a cumplir con la nueva norma.
Llegada la fecha tope de dimitir del cargo, mandó una nota a la prensa para que dijeran que había presentado la carta de dimisión en un sobre cerrado por la tarde en un buzón del Ayuntamiento. El aparato del partido se tragó el anzuelo y lo dejaron en paz. 
         En el Ayuntamiento nadie sabía nada de la virtual dimisión publicada en la prensa. A lo mejor había dejado el sobre mitad dentro y mitad fuera y con el levante, la carta había volado.   
         Los funcionarios buscaban y buscaban pero la carta que mencionaba el diario de Cádiz no aparecía. “¿Cómo se habrán enterado estos periodistas? ¿será verdad? ¿será otro de los inventos a los que nos tiene acostumbrado nuestro primer edil?”se preguntaban los funcionarios.
         Pasaban los días y las noches, la oposición estaba mosqueada, “¿cómo que no convoca el pleno que según el Reglamento tiene que convocar en el plazo de 10 días?”. Preguntaban por la dichosa carta pero nadie sabía nada de ella.
         El señor Mevoy se frota las manos y con una sonrisa maliciosa farfullaba: “los tengo acojonaos. A intrigante no hay quien me gane. Imbéciles, ¿no os dais cuenta de que soy un experto saltándome las normas?. Me cachondeo de todos.  Los plazos los marco yo. Ji, Ji, Ji”.
         Así fue, puso los plazos que a él le convino de manera que el nombramiento del futuro alcalde cayera después de la fecha de las Elecciones Generales, de tal guisa que si no sale elegido de diputado vuelve a ser alcalde del pueblo de su propiedad.
         Aquí termina el cuento de Patricio Mevoy Andayá, experto en planes virtuales.
           
(1)     Nombre: clase social a la que pertenece.
                Primer apellido:  por lo que dice.
                Segundo apellido: ¿te lo has creído so tonto?



1 comentario:

  1. El 17 de octubre se introduce la renuncia del Alcalde en el buzón del Ayuntamiento y curiosamente en el papelito consta fecha de registro de entrada 28 de octubre, once días después. Ahora dicen que la encargada del registro estaba de baja, ¿es que se creen que somos imbéciles o qué?
    Fíjate si en una maniobra que el 26 de octubre, en medio del periodo entre el paripé del buzón y el registro oficial, se celebra un Pleno Extraordinario para designar los miembros de las mesas electorales, entre otros asuntos, ¿es que nadie echó en falta el documento de renuncia para poder incluirlo en el orden del día? Y por cierto ¿quién le puso el sellito de registro de salida a la convocatoria del Pleno? Si hombre, hasta aquí en Benalup el registro funciona todos los días, como en cualquier organismo público lo que pasa es que aquí se han saltado las normas más básicas del Procedimiento Administrativo para librar a este personaje de entrar en el limbo político en caso de no salir elegido Diputado.
    A mi personalmente me da igual que este personaje sea Alcalde de derecho o Concejal (Alcalde de hecho) lo que no me da igual es que se salte la Ley, los compromisos y todas las normas que deben prevalecer en cualquier relación institucional y personal.
    Tampoco me da igual que para montar este paripé se vayan a celebrar dos Plenos Extraordinarios con un coste superior a los 3.000 € en estos tiempos que corren (más de 1.500 parados en Benalup), es sencillamente inmoral.
    Una vez más estamos asistiendo al caso de un político más preocupado por su carrera política que por la ciudadanía por la que debería estar luchando día a día. Por regeneración democrática un personaje así no merece ser elegido representante en el Congreso de los Diputados y ya puestos que entregue su acta de Concejal, Benalup no se merece un político que nos engañe.

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