martes, 20 de mayo de 2014

RUFFEC (FRANCIA). DÍA PRIMERO


Teníamos muchas ganas de visitar Ruffec y conocer la Asociación Amistad Casas Viejas desde que su presidente, Antonio Cruz, nos invitara allá por el verano de 2013. Por aquel tiempo acontecieron los desafortunados hechos que hicieron que la Asociación emprendiera el proyecto de acogimiento de trabajadores con Medina una vez que la propuesta fue desechada por nuestra alcaldesa.

La historia ya la hemos contado y ha quedado incluso plasmada en las actas de los plenos municipales en los que se ha hablado, difamado, linchado, mentido, manipulado y todos los adjetivos que se quieran utilizar para describir una estrategia diseñada por el partido socialista para desprestigiar a Antonio Cruz tanto desde Benalup-Casas Viejas como desde Medina Sidonia.

Aquí estamos Leonardo Ruiz, Paloma Ruiz y el que escribe, Manolo Montiano, a descubrir de primera mano en qué consisten las actividades de la Asociación Amistad Casas Viejas, el pueblo de Ruffec y, lo más interesante desde nuestro punto de vista, el acogimiento y las condiciones de los trabajadores de Medina Sidonia que en estos momentos se encuentran contratados al amparo del Convenio firmado entre la Asociación y el ayuntamiento de Medina Sidonia. Desde hoy hasta el sábado intentaremos poner negro sobre blanco la realidad de esta Asociación que lleva el nombre de nuestro pueblo y que ya cuenta con una trayectoria de intercambios culturales que no se debe perder.

Aunque hemos aterrizado muy temprano en Burdeos, no hemos llegado a Ruffec hasta las seis de la tarde y es que hemos aprovechado para conocer una parte de nuestra historia de España entrelazada con Francia en Burdeos. De la mano del presidente de la Asociacion de jubilados españoles en Burdeos, de miembros de la Asociación Aquitania-Andalucía y del propio director del centro, hemos visitado el museo Aquitania de Burdeos y nos han enseñado esa parte de la historia que sólo se conoce en los museos. Básicamente Aquitania fue tierra arrebatada por los Galos a los pueblos Íberos, pero la verdadera trascendencia que tiene esta tierra para los españoles vino mucho después con la huida de los afrancesados tras de la guerra de la Independencia y los Carlistas tras las sucesivas guerras Carlistas. Esto constituyó un germen de acogida para los exilios económicos, políticos y culturales de españoles durante el terrible siglo XX. Primero fue el exilio económico motivado por las bajas francesas de la Primera Guerra Mundial, después vino el exilio político y cultural de la Guerra Civil española y la dictadura de Franco, después en los sesenta y setenta vino el exilio económico motivado por el excedente de mano de obra que provocó la mecanización en el campo, y hasta nuestros días se mantiene un flujo intermitente de temporeros que vienen cada año a las campañas agrícolas.

Hoy hemos recordado que muchos brigadistas internacionales que vinieron a luchar a la Guerra Civil procedían de esta región, hemos recordado que la primera unidad que liberó Paris, al mando del General Leclerc tras la ocupación nazi, estaba compuesta por soldados españoles. Y por último, hemos visitado la base de submarinos que los nazis construyeron en Burdeos, donde ochenta de nuestros compatriotas quedaron emparedados en el hormigón olvidados por el régimen de Franco y utilizados como carne de cañón por el régimen nazi. Triste historia de pueblos que sufrieron hasta la muerte la opresión de regímenes totalitarios.

Todas estas idas y venidas hacen que nuestros pueblos se sientan hermanados, no por el capricho de ningún político de nuestros días sino por el propio devenir histórico. Hoy en día, Asociaciones como la de Antonio Cruz, la Asociación de jubilados españoles o la de Aquitania -Andalucía vienen a expresar ese sentimiento de muchos girondenses que se sienten españoles.

Ha sido un día muy instructivo y evocador donde no ha faltado un buen almuerzo con un buen vino de Burdeos y una excelente acogida en el centro que la asociación Amistad Casas Viejas tiene en Ruffec.

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