Mucho se ha escrito sobre los hechos acaecidos en enero de 1933. En casi todas las publicaciones ha habido una utilización ideológica de los mismos.
Es normal, todas las personas que sienten una determinada ideología y la viven con intensidad, quieren dejar constancia de la interpretación que ellas le dan a los “Sucesos de Casas Viejas”.
Las personas afines a las ideas anarquistas tratan de justificar la rebelión de los campesinos del sindicato cenetista contra las fuerzas del orden republicanas.
Las personas con ideas republicanas pretenden justificar la actuación de la República y de sus Guardias de Asalto contra la Rebelión Anarquista que se produjo. Iban contra el orden constitucional establecido.
Las personas que se sienten socialistas han estado calladas e intentando acallar la brutal represión que su gobierno ordenó realizar en Casas Viejas.
Las personas que eran pudientes también intentan acallar los hechos porque la rebelión se produjo por los abusos que ejercían sobre los campesinos.
Los sublevados fueron soliviantados por unos teóricos idealistas de la anarquía, en los que confiaron ciegamente. Aquello fue una insensatez, una temeridad y un acto que no llevaba a ningún fin. Ingenuamente creyeron que podrían revertir el nuevo sistema político republicano, proclamando el comunismo libertario.
La barbarie cometida por las Fuerzas del Orden Republicanas contra estas personas sublevadas fue sobre dimensionada, más bien fruto de personas criminales que de agentes del orden.
Ninguna culpa tienen las personas socialistas, anarquistas, comunistas, de derechas y cualquier otra ideología actual, con las de 1933. Los 86 años que han pasado desde entonces han hecho cambiar a las personas y las instituciones políticas actuales no se rigen por los criterios de entonces.
Han pasado generaciones, terminó la república, hemos sufrido una cruenta guerra civil, ha pasado una larga dictadura, tenemos una nueva constitución y estamos inmersos en una moderna democracia. Esto no se parece en nada a aquello.
Los que ahora intentan culpar a los partidos actuales de lo que ocurrió, hacen un flaco favor a la concordia y a la transición democrática que ha traído un mayor estado de bienestar en general.
De acuerdo en que no todo es perfecto y muchas cosas son mejorables. Siempre será así por muchos cambios que haya y por muchas leyes que se promulguen. Eso va unido a la condición humana. En toda persona está el bien y el mal y las instituciones están
formadas por personas, por eso siempre habrá algo que hacer para mejorar la convivencia y conseguir una sociedad más justa y equitativa.
El actual sistema constitucional que tenemos es más sensato, más tolerante, más humano, más equitativo y más justo que todos los anteriores sistemas que hemos tenido.
Por desgracia ya no podemos evitar lo que pasó, pero bueno y aprovechable es que se conmemoren y revivan virtualmente esos sucesos, para evitar desgraciadas actuaciones temerarias similares.
Parece que hay en la actualidad iluminados dirigentes políticos populistas y nacionalistas que con una labia de oro pretenden irresponsablemente cambiar el sistema. No nos dejemos engañar.
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