EN BENALUP SEGUIMOS IGUAL

Ayer se aprobaron los presupuestos de 2012 en el ayuntamiento con una reducción de un 27%. Es un presupuesto con una importante contención del gasto, con menos inversiones que otros años pero las importantes se resumen en la construcción de la segunda fase del pabellón de la Orativa y la primera fase de la construcción del mirador de la cisma; y una subida muy importante de los gastos financieros como consecuencia de las deudas que tiene el ayuntamiento con los bancos. Lo podríamos titular “Benalup apuesta por la construcción de un nuevo pabellón” o “Los presupuestos de la crisis” pero no, el titular más fiel a la realidad sería “En Benalup seguimos igual” y es que aunque parezca un titular menos espectacular refleja una realidad y despeja algunas dudas sobre nuestra situación actual. 

El ayuntamiento reduce los gastos pero lo hace obligado por las circunstancias y, por otro lado, Benalup sigue apostando por inversiones “improductivas”. Parece que no hemos aprendido nada en los años del boom económico en los que el Gobierno de Zapatero repartió miles de millones de € por todos los pueblos de España para la construcción de obras que no eran ni mucho menos necesarias.

Media hora necesitó el portavoz del equipo de gobierno para justificar su mala gestión en los últimos años y de camino echar la culpa a los demás. Nos quedamos sorprendidos de la forma de justificar la pésima gestión económica de este ayuntamiento que debe casi 8 millones de € a los bancos, la mayor parte desde que se construyó el Teatro y hasta el mes pasado cuando se pidió un préstamo de 2,5 millones de € para pagar las trampas. Nos explica el portavoz del equipo de Gobierno que la culpa es de Montoro que les ha obligado a pagar lo que debemos, que aquí en Benalup somos muy buenos porque presentamos un Plan de Pago de unos 800.000 € para pagar a los pequeños y medianos empresarios y que ahora cuando apareció la famosa factura del millón setecientos mil € de basuras con Fomento de Construcciones y Contratas, esa no había que pagarla. O sea, que hay empresarios buenos y empresarios malos, que si es una empresa pequeña o mediana tiene que cobrar pero si es grande o multinacional no tiene que cobrar como si detrás de cada empresa, sea grande o pequeña, no hubiera personas con los mismos derechos. Estos son los esquemas mentales de quien nos ha gobernado para llevarnos a donde estamos y que ahora deja el testigo para irse a Madrid a ¿enseñar? a, quienes según él, tienen la culpa de todos los males de Benalup, a los que nos obligan a pagar nuestras deudas como si tuviéramos el derecho divino a pedir dinero y ninguna obligación de devolverlo. En esta eterna lucha de la izquierda entre buenos y malos en la que unos sólo tienen derechos y otros sólo obligaciones nos hemos plantado en esta situación.

Y lo peor de todo es que los que se creen en la posesión de la verdad y con la legitimidad histórica de enseñar a los demás no aprenden. Siguen sin tener un proyecto de pueblo para el futuro, aquí con casi la mitad de las personas en paro no hemos aprendido que lo que nuestro pueblo necesita no son más pabellones deportivos sino inversiones productivas que creen empleo cuando se construyen y cuando se ponen en funcionamiento, empleo estable para hoy y para el futuro.