lunes, 14 de mayo de 2012

¿REFORMAMOS LA EDUCACIÓN O LA DEJAMOS COMO ESTÁ?






El sistema educativo español suspende por su falta de excelencia. Los índices de fracaso (26 por ciento) y de abandono escolar (28,4 por ciento) doblan a los de la Unión Europea (14,4 por ciento).

Además los alumnos españoles de quince años se encuentran a la cola de Europa en lectura. Nos supera Grecia, Portugal , Francia, Reino Unido… En España tan sólo el 25,4% de la población entre 25 y 34 años tiene estudios medios. En Alemania, el 60,3%. En Francia y el Reino Unido superan el 40%.

El actual modelo ha roto la igualdad de oportunidades entre todos los españoles. La diferencia entre comunidades autónomas en relación al nivel de conocimientos de los alumnos ha llegado a ser de un curso académico.

España tiene 79 universidades pero ninguna de ellas se encuentra entre las 150 primeras del mundo.

Éste es el balance del modelo educativo socialista vigente desde hace más de dos décadas.

Seguir manteniendo el mismo modelo tendría unas consecuencias muy negativas para el crecimiento económico de nuestro país; más de la mitad de los jóvenes abandonan la escuela con una muy baja formación y escaso conocimiento de idiomas. Cuando se evalúa el modo en el que nuestro sistema educativo transmite a los alumnos el conocimiento de las materias fundamentales como la lengua, las matemáticas y la ciencia quedamos, año tras año, lejos de los mejores.

Todos los informes internacionales reconocen la calidad del profesorado como factor decisivo para la mejora de la calidad del sistema. En España el actual modelo educativo ha diseñado un sistema de acceso a la función docente que frustra las expectativas profesionales de muchos jóvenes. Es preciso elaborar un Estatuto del docente que diseñe una verdadera carrera profesional y que reconozca al profesorado como autoridad pública.

FORMACIÓN PROFESIONAL PARA EL EMPLEO

En la actualidad, la tasa de desempleo juvenil de España es la más alta de la Unión Europea, alcanza el 50 por ciento, y está 23 puntos por encima de la media. Más de la mitad de los jóvenes salen del sistema educativo con una formación muy precaria ya que, o bien no llegan a terminar sus estudios obligatorios o, si lo hacen, no tienen ninguna formación adicional.

La inserción laboral en España de los jóvenes titulados en formación profesional está siendo muy superior, incluso en este periodo de crisis, a la de los jóvenes que sólo han obtenido la titulación de secundaria obligatoria. Sin embargo, el número de titulados de formación profesional es escaso. España tiene un sistema de Formación Profesional poco atractivo para los alumnos y sus familias. Tan sólo un 32% de alumnos opta por la Formación Profesional frente al 58% europeo. En Alemania el porcentaje es de un 64,3%.

Entre las razones de este hecho está la falta de prestigio social, la ausencia de desarrollo del marco legislativo y la falta de coordinación entre la formación inicial y la formación profesional para el empleo, que impiden la ordenación y programación de una oferta suficiente, flexible y eficiente.

UNIVERSIDADES DE EXCELENCIA

Ninguna de las universidades españolas aparece entre las primeras 150 a nivel mundial. Debe mejorarse su calidad para estar a la altura de lo que una sociedad moderna y avanzada requiere. Necesitamos unas universidades que estimulen la excelencia y generen incentivos al esfuerzo desde las primeras etapas educativas.

Los modelos de financiación y de gobierno no están adaptados a los nuevos desafíos y se encuentran en el origen de esta situación. La adaptación de la universidad española al Espacio Europeo de Educación Superior ha sido una oportunidad perdida.

Además, el sistema de selección del profesorado presenta numerosas deficiencias, lo que se refleja en la escasa incorporación de profesorado extranjero a nuestras universidades. Existe una muy escasa movilidad estudiantil, lo que frena la competencia entre universidades.

Por otro lado, aunque existe una notable producción científica, no se ha desarrollado una política que favorezca la transferencia de los resultados de la investigación ni que haya estimulado el acercamiento entre la universidad y la empresa.

1 comentario:

  1. Norberto Morillas Zamorano14 de mayo de 2012, 9:45

    ¿Reforma? ¡Por supuesto que si!
    Pero inyectando más dinero pues la educación es el futuro de nuestra sociedad, no haciendo recortes

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